«The End Of Dormancy» de Voivod (2020, Century Media Records)

Voivod ha sido una de mis bandas predilectas desde la primera vez que los escuché hace ya mucho tiempo, cuando Jason Newsted aún militaba en sus filas y se labraba un futuro más interesante que en su paso por Metallica. La combinación de géneros y elementos que han tenido cabida en su música es tan amplia que no acabaría de enumerar la cantidad de influencias y similitudes que podemos encontrar entre su música y géneros tan dispares como el jazz, el funk, el rock psicodélico, el thrash, el pop, la música clásica, el hard rock y un sinfín de géneros que han dado forma a una de las bandas más interesantes de la historia de la música.
La contribución de esta formación al desarrollo de la música actual ha sido tal que muchas, muchísimas bandas han intentado emular su sonido pero desgraciadamente ninguna de ellas ha llegado a igualar siquiera lo que estos titanes han ideado a lo largo de sus más de treinta y cinco años de carrera. El gran artífice del distópico, post-apocalíptico y aterrador futuro que Voivod ha plasmado en su carrera desde que publicasen su espectacular debut War And Pain (Metal Blade) en 1985 es Michel Langevin, al que muchos conocemos por su apodo, Away. Él se ha encargado de dar forma a sus portadas, los logos de la banda y muchas otras ilustraciones que acompañan cada lanzamiento en la que podemos ver su enfermiza visión de futuro y la cantidad de realidades distópicas que solo una mente como la de Away son capaces de parir.
El cuarteto canadiense inauguraba su primera etapa con dos lanzamientos cercanos al thrash/speed que se destilaba a mediados de la época dorada del género para aproximarse al metal progresivo en 1987 con el genuino Killing Technology (1987, Noise Records) que ya empezó a dividir a su público por su alejamiento del metal cafre de sus lanzamientos anteriores. Dimension Hatröss (1988, Noise Records) continuó explorando el sonido más progresivo de la banda alejándose aún más del thrash/speed de sus orígenes para culminar su exploración en un excelente Nothingface (MCA Records) de 1989, el punto de inflexión en la carrera de los de Quebec y, sin duda alguna, el punto de no retorno para muchos de los seguidores que habían seguido sus andanzas desde que la banda se estrenase en 1983 con aquella demo tan anacrónica como su propio título, Anachronism (1983, Independiente).
No era mi idea repasar la carrera del cuarteto canadiense en esta reseña, pero creo conveniente refrescar un poco su trayectoria para abordar este nuevo EP de la forma más correcta. La exploración de Voivod durante la década de los noventa les llevó mucho más allá, dejando a un lado el metal como tal para centrarse en el rock progresivo y la combinación del metal alternativo en discos como Angel Rat (MCA Records) de 1991 y mi favorito de aquella etapa, The Outer Limits, de 1993. La pérdida de su bajista original, el siempre recordado Jean-Yves Thériault – o Blacky para los acérrimos – les llevó por sendas algo turbias y el sonido de la banda sufrió cambios muy significativos, algo que les ayudó a explorar aún más los límites desconocidos de su propia música y expandió mucho más su sonido.
Durante los noventa regresaron a su sonido más primigenio con Negatron (1995, Mauseleum) y Phobos (1997, Slipdisc/Hypnotic), una etapa que pocos valoran debido a la falta de dos de sus miembros originales, el mencionado Blacky y su icónico vocalista, Denis Snake Bélager, que fue substituido por Eric Forrest como bajista y vocalista para dar forma a la única etapa de la banda como trío, sin contar la formación que dio vida a The Outer Limits (1993, MCA Records) ya que Pierrre St-Jean fue el músico de sesión que se encargó de dicho trabajo. El nuevo milenio trajo consigo el regreso de Snake a sus filas y el fichaje de Jason Newsted al bajo, un cambio que engendró una nueva etapa para el cuarteto en la que volverían a sus raíces con discos como el homónimo Voivod (2003, Chophouse) o Infini (2009, Relapse Records), siendo mi favorito el macarra Katorz (Nuclear Blast) de 2006.
Voivod sufre en 2005 una pérdida irreparable, la de su guitarrista Denis Piggy D’Amour que fallece debido a un cáncer de colon que le habían diagnosticado poco antes. Nadie en la tierra parecía capaz de substituir a una figura tan importante como la de Piggy en Voivod, pero el dotado Daniel Chewy Mongrain (ex-Martyr) sería el encargado de devolver ese sonido tan característico a Voivod tras el fallecimiento de Piggy dando vida y forma a discos como Infini (2009, Relapse Records), Target Earth (2013, Century Media Records), The Wake (2018, Century Media Records) y su excelente último disco de estudio hasta la fecha, Synchro Anarchy (2022, Century Media Records).
Podríamos decir que The End Of Dormancy es un experimento, pero hablando de Voivod nos podríamos referir a un simple EP más. Lo de experimentar es algo que se le da de muerte al cuarteto canadiense y referirse a este lanzamiento como tal es generalizar demasiado. ¿Qué hay de nuevo en este lanzamiento? Poca cosa, la verdad. Para los que no les haga mucha gracia Voivod les recomiendo que pasen olímpicamente de esta obra, más aún a los cerrados de mente que no son capaces de valorar la propuesta musical que ofrecen estos visionarios.
Básicamente es una re-mezcla del corte The End Of Dormancy que encontramos en su último disco de 2018 al que han dado un buen lavado de cara y al que han incorporado arreglos muy convincentes que dan profundidad y que se alejan mucho del sonido original del tema en cuestión. No es que hayan suplantado la música original para substituirla por una banda de jazz bajo la batuta de Snake, sino que han combinado ambos elementos para dar una ambientación más experimental y amplia a un corte ya de por sí muy complejo. El tema en cuestión se ha alargado un poco más debido a estos arreglos y su duración total sobrepasa los ocho minutos de duración, aunque en ningún momento se hace pesado. A estas alturas es difícil decir que un corte de Voivod se haga pesado, a este tipo de bandas solo se arriman los que saben a qué vienen.
En fin, además de la re-mezcla de The End Of Dormancy en clave jazz encontramos la versión en directo de este mismo tema y de otro de sus temas más queridos, The Unknown Knows, ambos grabados en vivo en el Festival de Jazz de Montreal. Este añadido da más valor aún al EP, pero no ofrece una variedad considerable para que aquellos que no gocen del todo de su trabajo inviertan su dinero en este lanzamiento. Yo, como fan empedernido de su obra, me haré con la edición en vinilo azul translúcido que Century Media distribuye en Europa de forma limitada (solo cuatrocientas copias, por si estáis interesados). Nos vemos en la próxima.
Voivod de gira por la península junto a Opeth

Miércoles 23 de noviembre 2022
Sala Razzmatazz 1 (Barcelona)
Anticipada: 37€ / Taquilla: 42€
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Jueves 24 de noviembre 2022
Sala Santana 27 (Bilbao)
Anticipada: 37€ / Taquilla: 42€
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Viernes 25 de noviembre
Sala La Riviera (Madrid)
Anticipada: 37€ / Taquilla: 42€
Venta de entradas: Enlace
Una década es mucho tiempo. Eso es lo que llevaban Opeth sin venir de gira por nuestro país. Si bien hemos podido contar con su presencia en algunos festivales, han pasado diez largos años sin poder disfrutar en sala de uno de los mayores estandartes del metal progresivo a nivel internacional.
Desde que viraran una vez más su rumbo en 2011 con Heritage, Opeth han seguido explorando universos cada vez más personales entrelazados con ese lado macabro y misterioso que nos llevaría al fondo del Maelstrom con Sorceress (2016) o su más reciente In Cauda Venenum (2019)
Verdaderos devotos de Opeth, desde esta casa llevamos más de dos décadas rindiéndonos a los inescrutables caminos de una banda irrepetible que ha sabido renovarse con cada nueva entrega de su aventura sonora y cuya ambición les ha permitido caminar sobre las oscuras aguas de la complacencia con una elegancia sin par. Ahora por fin y después de tanto tiempo podremos asistir a sus cautivadores directos que tendrán lugar el 23, 24 y 25 de noviembre de 2022 en la sala Razzmatazz de Barcelona, Santana 27 de Bilbao y La Riviera de Madrid respectivamente. ¡Una exquisita experiencia que no debes perderte!