Crónica de Vektor, Cryptosis, Comaniac y Algebra en la Sala Bóveda (13 de Octubre de 2022)

La gira de Vektor sea, probablemente, una de las que más ganas tenía de ver en nuestro país después de haber descubierto su seminal debut Black Future en aquel lejano año 2009. Ni si quiera con su segundo álbum, Outer Isolation (2011), llegaron a dejarse caer por nuestro territorio, y las ganas de disfrutar de su directo no hacían más que crecer con la llegada del que para mí es su obra más completa, Terminal Redux, de 2016. El simple hecho de que en 2015 se lanzaran a la carretera con la gira First Contact Tour junto a los desaparecidos Distillator y nuestros queridísimos Angelus Apatrida me hizo recobrar cierta ilusión cuando en 2016 confirmaron varios conciertos a lo largo de nuestro continente que finalmente no llegó a nuestro país, para más tarde ese mismo año anunciar que tres de sus cuatro miembros abandonaban la formación.
Con aquella espinita aún clavada, y habiendo degustado el breve pero efectivo Transmissions of Chaos (2021), la cita en la ciudad condal junto a Comaniac, Algebra y Cryptosis, cabe decir, era una parada más que obligatoria en una semana ajetreada y cargada de grandes conciertos. La banda encargada de abrir la velada fueron los suizos Algebra, que con más de década y media a sus espaldas venían a la península por primera vez para presentarnos su nuevo y más reciente trabajo de estudio, Chiroptera, que había visto la luz pocas semanas antes de llegar a la ciudad condal bajo el sello Unspeakable Axe Records.

Algebra lleva en activo desde 2008, aunque no debutó hasta 2012 con el notable Polymorph, del que únicamente pudimos disfrutar de un enérgico y directo corte como Crook. El cuarteto suizo demostró defender a la perfección su destreza sobre las tablas con un show enfurecido que prendió la sala desde los primeros minutos, ante un público bastante escaso pero muy en sintonía con la descarga de adrenalina que la banda ofreció en los siete temas que daban vida a su corto pero intensísimo setlist.
La banda hizo un buen repaso de su último álbum de estudio, Chiroptera, donde disfrutamos enormemente de cortes sólidos como el que da título al propio álbum, la potente Suspect con la que acabaron el show y una entregadísima Accomplice con la que pusieron toda la carne en el asador, regresando a Pulse? (2019) únicamente para ofrecernos una más que digna Inner Constraints. Aquella noche no pudimos disfrutar de ningún tema de Feed the Ego, pero estoy seguro que la banda regresará a nuestro país en un futuro no muy lejano y con suerte podremos disfrutar del show íntegro.
Cambio rápido y en poco más de quince minutos ya estábamos disfrutando de la también primera visita de Comaniac. El también cuarteto suizo llegaba para presentarnos en gran parte su último y sorprendente trabajo de estudio, Holodox, sobre el que centraron gran parte de su setlist. Abrieron por todo lo alto con la grandilocuente Coal de su segundo disco, Instruction for Destruction (2017), volviendo rápidamente a su álbum debut con una potente Secret Seed de Return to the Wasteland (2015). La banda salió a comerse el escenario desde el primer minuto, interactuando con el respetable en todo momento y presentando cada uno de los temas poniendo en situación a todos aquellos que no conociesen a la banda.
Llegó la hora de descorchar su nuevo álbum con Holodox, el tema que da título al propio disco, enlazando del tirón con cuatro temas del mismo álbum como son Art is Dead, The New Face of Hell, Narcotic Clan y la rapidísima Head of the Snake para regresar finalmente a Return to the Wasteland (2015) con la impetuosa 1, 2, Rage con la que dieron por finalizada su furiosa descarga en la Bóveda. Visita rápida para reclutar a nuevos seguidores, entre los que me incluyo, y otro cambio en quince minutos para dejar paso a lo que estaba por llegar.

Distillator ya había pasado por la península en 2015 acompañados de Hitten presentando su álbum debut, Revolutionary Cells, pero nunca llegamos a verlos por la ciudad condal. En 2020 cambiaron de nombre para darle una vuelta de tuerca a su thrash de la vieja escuela orientándolo hacia el thrash más técnico con tintes progresivos, debutando en 2021 con el soberbio Bionic Swarm de Century Media que la banda venía presentando en su totalidad.
Sería demasiado absurdo comentar tema por tema qué interpretó la banda puesto que sonó Bionic Swarm de inicio a fin, pero os puedo asegurar que la banda ha querido dar un empaque mucho más sólido a su propuesta con un lavado de imagen más que satisfactorio y con un sonido mucho más crudo y elaborado. Temas como Prospect of Immortality o Flux Divergence brillaron por encima del resto en un show de casi cuarenta minutos con el que demostraron con creces que la banda tiene claro su camino. Laurens, Marco y Frank han sabido re-estructurar un proyecto ya de por sí interesante con Cryptosis.

Y después de muchos años de espera llegaba la hora de dar la bienvenida a Vektor con la explosiva Charging the Void, un corte extremo con el que el cuarteto estadounidense ponía los puntos sobre las íes desde el primer minuto. La banda ha pasado por momentos agridulces a lo largo de su carrera y su primera visita a la península debía quedarse grabada a fuego en los corazones de todos aquellos asistentes que casi llenaron la Sala Bóveda en una noche de miércoles. Los afilados y técnicos solos de guitarra, melodías exposivas, baterías de infarto, la icónica voz de David DiSanto, todo encajaba a la perfección. La banda optó por dar un buen repaso a su tercer álbum de estudio, Terminal Redux, el más completo de su discografía para el que firma la crónica.
Tras casi diez minutos de auténtico éxtasis con Charging the Void llegaba el momento de deslumbrarnos con LCD (Liquid Crystal Disease) antes de llevarnos de vuelta a 2009 con Black Future, el tema que da título a su álbum debut con el que a muchos nos voló la cabeza hace más de una década. El público celebró enormemente la vuelta a los orígenes con esa combinación de luces y sonido con los que Erik Nelson y David DiSanto se lucieron de lo lindo, sin despreciar el enorme trabajo del bajista Stephen Coon y el baterista Mike Ohlson, las incorporaciones más recientes en las filas de Vektor.

De su más reciente trabajo de estudio nos entregaron una sosegada Dead By Dawn que, de alguna forma, cuajó entre los asistentes por su furiosa interpretación, aunque personalmente hubiese escogido Activate como corte único de Transmissions of Chaos (2021), para a continuación regalarnos una joya como Tetrastructural Minds de su segundo disco, Outer Isolation (2011). La banda se entregó al máximo en todo momento, pero en Terastructural Minds relució como nunca, ante un público entregadísimo a la técnica propuesta por el cuarteto estadounidense.
Llegó la hora de encarrilar la recta final volviendo de lleno a Terminal Redux (2016) con la relajada Collapse a la que, al igual que en el propio álbum, enlazaron con la extraordinaria Recharging the Void. El tremendo viaje al que Vektor nos sometió en los casi catorce minutos de corte fue defendido a capa y espada por sus cuatro integrantes, demostrando una vez más que su nombre debe figurar entre los más grandes del género de todos los tiempos. Se coronaron reyes absolutos con la intensa Asteroid con la que cerraron una velada mágica, de otro mundo. Después de su descarga, bajaron del escenario y se acercaron al respetable para agradecer, una vez más, que hubiésemos celebrado su primera visita a la península. Un total y rotundo éxito.