La canción del día: «3rd Floor» de Death Angel (1988, Enigma Records)
El segundo larga duración del quinteto de la Bay Area de San Francisco es una de las obras imprescindibles del thrash metal de los ochenta.

Hay una enorme cantidad de bandas de thrash metal de calidad que nacieron durante la segunda mitad de los ochenta y la primera de los noventa, muchas de ellas acabaron siendo proyectos de un solo álbum y otras fueron subsistiendo como pudieron durante el paso de los años editando material nuevo de forma puntual que atesoraba una enorme calidad y que desgraciadamente no llegaba a una cantidad mínima de oyentes como para acabar luchando con otros titanes del género.
En el caso de Death Angel fue algo fugaz. Empezaron en 1982 pero no debutaron en el estudio hasta el lanzamiento de The Ultra-Violence en 1987, con el que se hicieron hueco en la escena californiana con un thrash de calidad y con una técnica envidiable para unos chavales de apenas veinte años de edad. El paso del tiempo situó a sus tres primeras obras donde les pertocaba, dentro del Olimpo del thrash americano, en especial gracias a una joya tan incomprendida como Act III de 1990, que a día de hoy sigue sonando tan fresco como el mismo día en que llegó a las estanterías de las tiendas de discos.
Los tres primeros discos del quinteto de la Bay Area de San Francisco son mis favoritos, aunque cabe decir que desde su regreso en 2001 -permanecieron diez años inactivos- no han sacado ni un álbum flojo. De hecho The Dream Calls For Blood es uno de mis álbumes favoritos del género de los últimos veinte años. Sin embargo, a menudo se le da mucho protagonismo al álbum debut y se suele dejar apartado al brutal y algo incomprendido Frolic Through The Park, de 1988. Recuerdo la primera vez que escuché la introducción de 3rd Floor y quedé maravillado con los primeros compases de un corte tan acelerado como demente.
3rd Floor sea probablemente una de sus mejores composiciones hasta la fecha, aunque para comprender una obra como Frolic Through The Park haya que dedicarle cierto tiempo a cortes como Bored o Mind Rape. No obstante, el corte con el que arranca este álbum es de una calidad indiscutible, una auténtica apisonadora sónica que no deja títere con cabeza, te atrapa por completo y te sacude con fuerza incluso en los últimos compases de la canción donde todo se torna más loco si cabe.
Si queréis recordar una obra tan completa como es Frolic Through The Park, podéis haceros con la re-edición en doble vinilo que Music On Vinyl editó el pasado año, la versión remasterizada de Metal Blade Records lanzada en 2016 o, simplemente, pinchar en el siguiente enlace de Spotify: